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¿Has superado la barrera de los 40 y empiezas a notar que te cuesta ver nítidamente y enfocar objetos cercanos? ¡No te preocupes! Aunque es algo molesto y puede entristecernos, es un proceso natural y todos vamos a pasar por ello. Lo importante ahora es intentar corregirlo para evitar que nos incomode en nuestro día a día. Ha llegado el momento de comprar unas gafas adecuadas y dejar de alejar los objetos y guiñar los ojos para intentar enfocar. En este artículo te hablamos de los tipos de gafas y de las más adecuadas según tus circunstancias y las recomendaciones de tu optometrista.

Gafas monofocales

Es el tipo de gafa más común y se caracteriza por tener la misma graduación en toda la lente. Nos van a servir para corregir nuestra presbicia y ver correctamente a una distancia concreta. Si no tenemos ninguna otra afección en la vista, ésta sería nuestra gafa.

La presbicia o vista cansada consiste en la pérdida progresiva de la capacidad del ojo de enfocar objetos cercanos. Este defecto está provocado por la pérdida de elasticidad del cristalino. Lo empezamos a notar a partir de los 40 años y va en aumento a medida que envejecemos, hasta aproximadamente los 65 años. Cuanto antes empieces a utilizar gafas, antes evitarás que aumente rápidamente y te sentirás más cómodo en tu día a día. Es también importante realizar una adecuada graduación de la vista para saber qué necesitas.

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Si necesitamos gafas para ver de cerca y de lejos, lo mejor es adquirir unas gafas progresivas y no tener que contar con dos gafas e ir intercambiándolas a lo largo del día. Este tipo de lente permite ver bien de lejos en la parte superior, ver bien a distancias intermedias en su parte media y ver bien de cerca en la parte inferior. Están indicadas para personas que sufren presbicia y otros problemas visuales como la hipermetropía o miopía. Con este tipo de gafa podrás enfocar bien a cualquier distancia y sin tener que cambiar de gafas.

Las gafas progresivas pueden resultar molestas al principio, hasta que nuestra vista y nuestro cerebro se adaptan a ellas. Esta adaptación suele ser rápida, cada vez se personalizan más las gafas para que sean menos incómoda.

Aquí os dejamos algunas ventajas de las gafas progresivas frente a las monofocales pero va a depender de tu casa concreto y de las recomendaciones de tu optometrista.

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